En años recientes, un cada vez mayor número de periodistas, activistas de derechos humanos, abogados, así como la comunidad de investigación en general, están trabajando en contextos de alto riesgo, los cuales crean la necesidad de considerar sus datos cualitativos y cuantitativos de investigación como altamente sensibles. A pesar de su competitividad y altas cualificaciones en sus respectivas áreas de especialización (ciencias sociales y políticas, usabilidad, ley, análisis de economía política), pocas veces se trata de gente que ha tenido experiencia específica o a profundidad en lo relativo a servicios y sistemas de red, infraestructura de telecomunicaciones, análisis aplicado a datos de medidas de red, censura de Internet, vigilancia, y controles sobre la información.